La vi otra vez

Maldición.

Hoy la vi otra vez.
Esta vez estábamos más cerca que antes, como a menos de 6 metros de distancia.
Yo estaba preparando un paquete que iba a mandar por correo, cargándolo en una bolsa blanca grande de plástico.
Iba cruzando una calle y luego pasé a la esquina de un edificio.
Ahí fue cuando la vi.
En el transcurso de una diminuta fracción de un segundo mi mente empezó a mandar señales de emergencia.
No sé si me miró en aquel instante.
Dí un giro de 180 grados lo más rápido posible. Agarré la bolsa fuertemente con mi mano, con el corazón saliéndose de mi pecho y mi garganta hecho un nudo. No sé si estuve respirando, si acaso mis ojos estaban abiertos o si mis pies eran los que me estaban guiando sin control.
Caminé rápidamente hacia las escaleras eléctricas más cercanas.
No entiendo por qué lo hice.

No tengo idea si ella tiene odio hacia mí.
No sé si tiene curiosidad por saber del por qué me olvidé de ella, del por qué nuestros planes de andar juntos simplemente se desplomaron silenciosamente en el misterio.
La última vez que hablamos fue en octubre, hace un chingo de tiempo.
No he vuelto a dirigirle la palabra desde entonces. La he checado en su cuenta de Facebook, aún me tiene como amigo, pero no nos hemos comunicado de ninguna manera últimamente.

Pero lo que me mata es el remordimiento.
Ya lo he mencionado en un post anterior, pero siento que la he traicionado de alguna manera.
Quizás me traicioné a mi mismo.

Y sí, debería confrontarla y decirle la verdad de lo que siento.
No es que la odie, no es que no me guste.
En parte temo de lo que ella piense. Temo que me destruya.
Pero no puedo poner en un enunciado lo que yo siento. Es oscuro y difícil de interpretar.
¿Por qué le tengo tanto miedo?
¿Acaso tengo miedo de desarrollar una amistad con alguien como ella?

Sí que estoy hecho un desmadre por dentro.



Estoy prácticamente curado hoy. Aún seguiré con el tratamiento para asegurarme que el cabrón haya desaparecido. Vaya, esta es la primera vez que uso un lenguaje tan florido como este. Se siente muy extraño.