Me pregunto...

Sé que cada una de nuestras acciones tiene un efecto, ya sea minúsculo o de gran magnitud, en el futuro.

Siento que algunas cosas que voy a hacer pronto van a cambiar el futuro.

Y de gran manera.

El problema es que mi mente se llenará de las casi infinitas posibilidades de cómo el futuro inmediato sucederá. Siento que mi cabeza va a explotar por sobrellenarse.

Sé que si todo resulta como todos deseamos, seremos felices. Y pasaremos todos un buen rato. Y en el futuro nos sentaremos a hablar sobre nuestro pasado y diremos: "Pues, estoy muy satisfecho y muy feliz por cómo resultó todo aquello, aquel momento, aquel instante en que me dijiste eso, o hiciste eso, en que todo el mundo cambió. Te lo agradezco sobremanera."

Sé que si no todo resulta como queríamos, aquello se establecerá permanentemente en nuestra memoria. Será como uno de aquellos recuerdos de tipo: "Oye, ¿te acuerdas cuando te dije eso? Me hubiera gustado si no hubiera hecho, o dicho, eso en ese momento, de tal manera. Lo siento.".

A veces puedo apreciar cómo las circunstancias del pasado llegan a colisionar en un mismo instante en el presente, y cómo pueden llegar a distorsionar el futuro completamente.

Lo que tenga que suceder, sucederá. No hay que temer.