Y tú, ¿qué piensas?

A veces me lo preguntas en los momentos más inesperados, de la nada.
Pero sé que tus intenciones son buenas, y sólo quieres saber más del torbellino de ideas que tengo en la cabeza.

Y te lo agradezco. Yo también me pregunto de vez en cuando qué es lo que tienes ahí adentro.

Yo guardo mis sentimientos temporalmente en una cajita de madera, justo a lado de mi corazón. La mayoría de las veces dejo que las emociones salgan de la caja al mundo exterior, y las comparto. Es bello verlos revolotear en el aire y a veces quedarse dentro de las cajas de otras personas.

Pero cuando me preguntas qué es lo que pienso, solamente puedo pensar en la caja y su contenido. Y luego me tengo que inventar una mentira ahí en ese mismo instante. Detesto mentirte.

De vez en cuando, cuando abro la caja, se siente bien porque sé que aquellos que escuchan son gente amistosa y amable.

Y tú, ¿qué piensas? ¿Qué es lo que tus ojos ven? ¿Qué es lo que tus oídos perciben? ¿Qué es lo que tu lengua saborea? ¿Qué es lo que tu piel siente? ¿Qué dice tu corazón?