Tuesday, March 16, 2010

Late night ranting

Hace unos días estuve conversando con una de mis amigas aquí en la universidad.
Tenemos la misma edad, ella me gana por algunos meses, pero ella ha estado en la universidad por bastante tiempo, prácticamente 4 años. Y yo acabo de empezar mis estudios aquí.
Es extraño.
Yo tuve que atrasarme un año y medio por motivo de las diferencias entre sistemas y años escolares. Además, el fin del bachillerato aquí es muy importante, así que quise estar lo más preparado posible. Mientras tanto, ella había terminado el bachillerato a muy temprana edad, y aún era una menor de edad cuando empezó la universidad (eso creo). Para describirla en pocas palabras, ella es muy buena onda, pero esta super ocupada.

En fin, le estaba hablando de cómo me sentía al principio de mis estudios universitarios.
Todo me parecía como un sueño: perfecto, con muchísima gente alrededor (en todos mis sueños siempre hay mucha gente), muy divertido pero con un reto que parece al principio ser enorme.
Todo me parecía demasiado perfecto, como si en realidad mis sueños de estar estudiando en la universidad se hubieran vuelto parte de mi realidad. Había estado esperando, preparándome, llenando formularios y circulares, mandando emails, haciendo llamadas, visitando embajadas, etcétera, todo para poder estar en tierra firme australiana, tener mi ciudadanía y estudiar en una universidad australiana.

Mis ojos se humedecían con el simple pensar que todo lo que había hecho anteriormente recreó la realidad que tengo ante mí, y que todo ese esfuerzo y paciencia en realidad valieron la pena. Finalmente, un ciclo largo y laborioso fue completado, y otro más está empezando.

Pero me puse a pensar de las consecuencias que también me trajo el ser un estudiante muy dedicado a mis estudios (ahorita estoy bastante desorganizado como para considerarme dedicado académicamente). Todos esos años como adolescente, teniendo y aprendiendo únicamente lo que la escuela me podía ofrecer, pero viviendo de manera solitaria y aislada, sí que han tenido su efecto en mi personalidad. Si te pudiera decir en resumidas cuentas qué fue lo que hice en todos esos años como adolescente fue simplemente ir a la escuela. Naa' más. Entonces, cuando llegué al continente oceánico, no tuve muchas habilidades sociales. Aún así me integré a la sociedad escolar y local muy bien, y aprendí bastante de mis errores y éxitos.

Admití que a veces me pongo a pensar de las cosas que posiblemente perdí viviendo de tal manera, ya sea ciertas experiencias, amistades y amores. Mi amiga me corrigió inmediatamente, diciéndome que era innecesario y ridículo que pensase tan negativamente ahora que estaba en un nuevo mundo. Que de aquella soledad y dedicación se creó la oportunidad de venir aquí a esta universidad y de convivir con tales amistosos y divertidos compañeros. Después de todo, estando ahí en la universidad se puede vivir más que nunca en cualquier marco de tiempo en cualquier otro momento de la vida.

Le sonreí en aquel instante.

Hace poco me dí cuenta de lo verdadero que es aquello que mi amiga me dijo.

Aún tengo que agradecerle por la plática que tuvimos, se me aclararon muchas cosas que llevaba en mi cabeza desde hace mucho tiempo. Me siento aliviado y sin remordimiento.

Sabes qué? Le voy a escribir una nota. Sé que está muy ocupada, pero ella tendrá tiempo como para leer algo breve. Lo pondré debajo de su puerta.

Por lo pronto, la vida va muy bien.
Espero que muy pronto pueda organizarme BIEN para mis estudios aquí, porque por el momento casi todo es un desmadre.
Buenas noches, mis queridos ciudadanos del mundo.

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